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Muchas de las leyendas en relación al diablo comúnmente se va de la mano con los pactos hechos con artes oscuras de la magia, pero en esta historia la cosa es diferente, es una leyenda urbana muy conocida en Colombia.
Cuentan las leyendas que en las noches de luna llena, especialmente en la semana santa, mas precisamente los últimos tres dias de la misma, la gente que no acostumbra ir a la misa suelen irse de fiesta o parranda. De acuerdo con el rito sacro, en semana santa se reza para poder recordar la pasión y muerte de jesucristo y de este modo evitar que la maldad consuma al mundo. Esta semana es una de las fechas con mayor fuerza energética al punto que se han hablado de sacrificios y pactos satánicos en esos dias porque, dicen , que el diablo acude con mas fuerza a retar a Dios por el hecho de haber perdido la batalla en la época de la pasión, hace mas de 2000 años atrás.
En la zona sur occidental de Colombia, hay una ciudad llamada Cali, la cual cuenta con uno de los sectores mas famosos en los años de la "salsa brava", por ser el centro de reunión de baile para los expertos bailarines y amigos de la buena fiesta, de aquellos que la noche los llama con su encanto sutil. Muchos no van solamente a bailar, sino además de cortejar alguna persona, y asi sería el caso de una mujer cuya belleza no dejaba miraba sin sorpresa cuyos encantos eran el centro de la noche, todos los hombres la cortejaban pero ninguno lo lograba, excepto un hombre que en medio de la pista retumbaba en gallardía y encanto, haciendo peso para las contrapartes femeninas quedaran paralizadas ante la impresión de tal figura atractiva. Cuentan que esta pareja bailó como nunca, bailaron toda la noche sin parar, el trago iba y venia, las sonrisas no eran esquivas ni mucho menos el calor del baile se quedaba en los pasos, sus manos llegaban a las caricias llegaban al punto del deseo logrando que ella en medio de la extasiada noche, le preguntó al parejo por su nombre, pero él no respondía, ella sin pensarlo le quiso preguntar cual podría ser la razón de su silencio, pero él sólo se limitó a susurrarle a su oído: PASE LO QUE PASE, POR FAVOR, NO MIRES MIS PIES, ella no comprendió sus palabras, pero fue la curiosidad lo que le quiso acomodar el sentido a lo dicho, ella en medio de su duda baja sus ojos sin pensarlo, quedando estupefacta al ver cómo dos patas de animal con cascos (algunos dicen pezuñas) bailaban frente a ella, su pánico fue total, fue tan desgarrador el grito, que ni siquiera la música con alto volumen pudo tapar el escabroso grito que ella dio, todos se voltearon a observar y vieron frente a la chica a una criatura alta de cuernos cuya piel oscura y ojos rojos reflejaban la maldad pura en la pista, generando un aire caliente emanando de las patas de esta criatura un aroma fuerte a azufre y risas macabras.
Todos los que estuvieron allí corrieron como pudieron a la salida, la discoteca quedó abandonada y todos quedaron afuera de esta en un estado de pánico preguntándose que había sucedido adentro, la histeria colectiva no se hizo esperar y fue necesaria la presencia de las autoridades de salud y seguridad, sólo hasta que llegó la policía y entró al sitio la desesperación y el pánico se calmaron, Una terrible escena a la policía les hizo estremecer, un cuerpo calcinado en el piso yacía humeante con un par de huellas de animal al frente, todo esto sin que la discoteca no se incendiara y mucho menos los clientes de la disco pudieron sufrir un daño similar por la aproximación.
La leyenda del diablo bailarín o el diablo de la discoteca
